A mi hermano

Te quiero pedir perdón

Por mis sílabas que desvelan

Un sacar de quicio.





Sé que no me guardas rencor.

Tu corazón late al sonido de la bondad

E ignoras tu propio gesto.





Me devuelves la mirada de sorpresa

Y se dibujan unas líneas en tus gafas

Que empañan, por un momento,

Tus ideas.





Con las manos en redondel,

Seguimos en desacuerdo

Y aparece un nudo ideológico

Que nos separa en fracción de segundos.





Te quiero pedir perdón

Por no escucharte como mereces

Y perder los nervios

En mi intento, de una evidencia patosa,

Por explicarte las divergencias

Que se enquistan

En nuestro entender el mundo.

Éste cambia en el momento que nos situamos

Fuera de la hegemonía

De un discurso con tintes 

De una conjugación centrípeta entre pasado-presente,

Con sabor a guerra y muerte prolongada.





La mentira gubernamental por disfraz.





Sé que no mereces los cañones 

Que salen por mi boca.

Pierdo la consciencia en ese momento

Que nos une algo 

Cuyo recorrido va más allá de lo que hablamos.

Precisamente por la sensibilidad que alberga tu corazón.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
error: Content is protected !!