Mi vida se ha convertido en un segmento de la tuya a la fuerza, tatuado en las vísceras en forma de golpe de estado. Me da pánico mirar por el retrovisor de mis pupilas y ver tu sombra implacable, irrompible y pegajosa. El petróleo se adueña de mi cuerpo, te adueñas de mi cuerpo.
Me persigues

Texto y foto: Palabras Dislocadas
me persigues me persigues
Y veo en todas partes tu lengua vigilante, asomando por cualquier esquina, tocándome de lejos.
Me tiras de la camiseta, por detrás, y arrancas mi piel en un intento de hacerme tuya. Desde la próxima lejanía, convenciéndome de que no tengo huida, me intentas mover como marioneta y te acompañas de un aplauso histérico al oler mi angustia.
Me ahogo en tu sonrisa ladeada, ignorante de respeto. Aplastas mi pecho y te conviertes en una obsesión para mi supervivencia. Y me convierto en una obsesión.
Me tiemblan los brazos cuando oigo el ring del teléfono,
De nuevo de nuevo de nuevo.
Respiro como en jadeos constantes y tu risa macabra observa mi miedo. Tu cara se dibuja en todas las ventanas por las que paseo, de zarandeo progresivo hacia el respiradero.
Lo único que deseo es que el reloj me guiñe el ojo y vuelva a empezar a marcar las horas. En búsqueda de un agujero donde no me puedas controlar.