Esas miradas glaciares,
Pretéritas.
Se hacen cuerpo
Y se cuelan en los momentos más felices de mi presente.
No soporto
Esas cuchilladas que están y no están
Y se abren camino por segundos inesperados
De un ahora con aire de campo.
Me destruyen el alma
Y me empujan hasta cavidades
Con olor a comida pasada.
Quizás ignore por qué la sigo guardando en la nevera.
Pudriéndose.
Esnifando mis instantes de consuelo.
Tengo en mis entrañas un pasado que se hace materia
Y tambalean las paredes de mi presente,
A momentos.
Os miro, una vez más,
Con la conciencia de que convivo
Con la marca de esa estaca
Que vistió en su momento el aire de glaciar.
Sé que no puedo sortear los minutos de guerra
Os digo, con la serenidad acariciándome la espalda,
Que convivo con vosotros,
Os convierto en fantasmas
Y os vuelvo a ahorcar con mis propias manos de alianza.
Una vez más
Ganando la batalla.