– «Te falta un buen polvo»
– «No parece que te gusten las chicas»
– «No has probado nunca una buena polla»
– «Oye, ¿pero eres un chico o una chica?»
– «No te das cuenta que eres una mujer?»
– «A ver si te decides entre chico o chica»
– «Susanna, ¿te gustan las chicas?» (esto me lo dijeron con 14 años dos compañeras de colegio mirándome con cara de asco)

Autorretrato fotográfico: Susanna Minguell
Éstas son sólo algunas de las lindeces que me han dicho a lo largo de mi vida por ir cogidx de la mano de una persona del mismo sexo o por vestir de un modo determinado. No siempre han salido de la boca de personas desconocidas, sino también de aquellas que creía de confianza.
Uno de los recuerdos más marcados que tengo de la adolescencia fue cuando me violó «mi novio» cuando le dije que me gustaba una
chica de clase. Ya habían abusado de mí anteriormente. Borré el recuerdo hasta hace unos años.
También me acuerdo cuando, hará unos años, uno de los seguratas del Apolo me quería echar del baño de chicas, cogiéndome de la nuca. Aquello se repitió cuatro veces en una noche; por suerte sólo me cogieron de la nuca una vez. Iba acompañadx por una persona que me gustaba y me pedía que la acompañara al baño. Simplemente me daba corte decirle que no.

Autorretrato fotográfico
La LGTBIQ+fobia no siempre es tan descarada como parece y se esconde detrás de unas palabras supuestamente bien intencionadas, como puñales. Como aquel día, hace años, una persona con la que tenía una relación se supone que de pareja, en un acto de ignorancia absoluta, me gritó » No me gustan los chicos, que me gustan las chicas! Vas muy masculina!». Le dije que no me sentía comodx, después de vestirme como una muñeca, con sus pantalones de pitillo y sus plataformas y repitiéndome hasta la saciedad que estaría mucho más guapa así. Ella ignoraba el péndulo que acompaña a mi vida. Al día siguiente dejé la relación.
El pedir explicaciones a alguien por la indumentaria que lleva, insultar, cuestionar que te pueda gustar una persona de tu mismo sexo, presionar a alguien de tu entorno para que se vista con la ropa que se supone que le corresponde por el sexo que ha nacido, suponer que es algo pasajero y sólo es cuestión de que se le pase la época (me refiero al pensamiento que tienen algunas personas cuidadoras de las criaturas),

Autorretrato Fotográfico

Autorretrato fotográfico
mirar con cara de asco, apartarte de una persona porque sabes su orientación sexual y/o identidad de género, sorprenderte de que una persona que conoces tenga una pareja de su mismo sexo porque «no lo parece», etc son actos LGTBIQ+fóbicos de una violencia tremenda.
Esto no se va a parar de un día para otro, pero se tendría que dejar de educar y relacionarse en base al odio de aquellas personas que se suponen que son «diferentes». Es decir, estaría bien que se dejara de educar en una normatividad sexual y de deseos propia de una forma de vida que se sustenta en la violencia y empezáramos a entender el mundo y a nosotrxs mismxs de otro modo.
2 comentarios
Gracias, muy valiente tu testimonio, siempre franca y lúcida. He escuchado alguna entrevista en RAdioAktiva y me ha gustado la claridad con la que hablas del tema tabú por excelencia, los abusos sexuales. Quiero conseguir el libro «Palabras dislocadas» preguntaré a mi librería habitual. Gracias de nuevo.
Autor
Hola Nieves! Perdona que haya tardado en contestar. Muchas gracias por leer el texto y escribirme. Estoy a punto de sacar la segunda edición. Está en prácticamente todas las librerías. Si quieres puedes preguntar en tu librería habitual; si no lo tienen pueden pedirlo a Editorial Descontrol. Si lo prefieres también puedes pedirlo directamente en distribucio@descontrol.cat. Muchas gracias! Un abrazo grande!